Sobre el Profeta Ezequiel




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jueves, 26 de mayo de 2011

Poema luego de la lluvia
(Fragmanto)





Miraba cantar la lluvia
como una fuente al pie de mi ventana
y estallar las gotas en el suelo
como gracias del cielo generoso...

Ahora miro el sol
cantar tras la lluvia
como lumbrera que no se funde
y calentar el día generoso...








domingo, 15 de mayo de 2011

EL BUEN PASTOR… 



 
Evangelio según san Juan 10, 1-10:

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas.
A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos.
El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.


Cada pastor, además de las cualidades que se trazan en el texto del Evangelio según san Juan antes visto, también suelen tener un perro. Los perros ovejeros, no cuidan los corderos, porque los amen, ni tampoco porque quiere que no caigan en un peligro que les pueda ser pernicioso. Los perros ovejeros si les dejan agreden a las ovejas. De hecho, lo que hacen es perseguirlas, ajotarlas hasta llevarlas al encerradero o cepo por orden del pastor. Ellos lo único que les interesa es quedar bien con el pastor, quien les recompensa por el trabajo bien realizado. Así hay muchas personas en nuestra sociedad, escenarios laborales y comunidades cristianas. Lo único que buscan es complacer al dirigente, jefe o pastor. No buscan el bien común, ni buscan el crecimiento colectivo de todos los miembros del grupo. En ocasiones, se visten de corderos para alcanzar lo que desean, cueste lo que cueste, aunque eso conlleve hacer daño a otros o entorpecer el camino a otros. Cuidado con los perros.

Sigamos al Buen Pastor, él nos conoce y nosotros conocemos su voz. Como conocemos su voz, no tan sólo escuchemos, sino que también consideremos el camino que nos muestra. No tomemos otra ruta, puesto que él es la puerta del redil. Él ha venido a darnos vida y vida en abundancia.

domingo, 1 de mayo de 2011

La muerte
de quienes producen la violencia
no es la garantía
para lograr la PAZ.

















 

Que el Señor nos ayude acomprender
que la paz brota del corazón de los seres humanos, pues es un asunto de actitudes y virtudes humanas.
La paz no es el antónimo de la guerra.













Cuando la persona que está afuera no importa…



Clara estaba sentada en la puerta de la casa. Era ya de noche, y la familia esperaba la visita de algunos amigos. Cuando llegó Nicolás, uno de los amigos invitados, se encontró con Clara. Ella lo miraba fijo a los ojos, mientras que él, también la miraba fijo a los ojos como si quisiera saber algo más de ella.

Ella no había sido invitada al agasajo.  Por eso estaba sentada en el zaguán, fuera de la casa, como si su función fuese sólo ser guardián del lugar.  Con ella nadie hablaba al entrar, sólo la miraban y le pasaban por el lado sin intercambio de ninguna cortesía. Ella sólo estaba allí, pero no participaba de ninguno de los temas de conversación de los presentes. Sin embargo, mejor era así, la vanidad de los puntos en discusión sólo ocupaban el tiempo y acompañaban las copas  y el coctel.

Nicolás no entendía. A pesar de que era uno de los invitados especiales, y que participaba de las copas y el coctel, permanecía callado observando la concurrencia. Aunque en varias ocasiones intentó entrar en la conversación, no lo lograba. Claro, era de afuera. No era conocido por la concurrencia. Era distinto al grupo. Como confiar en él. No le conocen, por tanto, no hay razones para hablar con él.

Pero Nicolás sigue siendo él, y Clara sigue siendo ella. Él, sentado solo entre los presentes sin poder intercambiar alguna palabra con nadie. Ella, sentada en el zaguán sola.

“¡Buenas noches tengan todos!” Dijo Nicolás. Se retiraba intentando despedirse de los presente. No pasó nada extraordinario. Salió fuera y estando en el zaguán, frente a la puerta y a la presencia de Clara, silbó. “Linda, toma el último bocadillo.” Dijo a la perra azabache sentada en la puerta. Ella, agitando su cola lo recibió.


!Señor, tú sí nos conoces y nos recibes. Nuestro corazón canta las grandezas de tu presencia en medio de nuestras vidas!



SALMO RESPONSORIAL
Salmo 143

R. Guíame, Señor, por el camino recto.

Señor, tú me sondeas y me conoces:
me conoces cuando me siento y me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descaso. R.

Todas mis sendas te son familiares;
no ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda. R.

me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa;
Es sublime, y no lo abarco. R.

¿A dónde iré lejos de tu aliento,
A dónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me  acuesto en el abismo, allí te encuentro. R.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R.