VERDAD, MENTIRA Y ERROR
A continuación algunas pinceladas sobre lo que podemos decir sobre la verdad, la mentira y el error. Cuidado, la realidad no la podemos reducir a lo útil. No podemos ajustar el concepto a la realidad personal. Forzar el lenguaje para decir lo que no es forma la mentira. No podemos justificar el error pero tampoco podemos condenarlo súbitamente. Escuchar, entender, analizar y juzgar.
LA VERDAD
La verdad es la concordancia entre lo que existe en la dimensión del conocimiento intelectual y la realidad de lo que existe. En la Edad Media esta definición se decía de la siguiente manera: “Adaequatio intellectus et rei o bien Adaequatio intellectus ad rem” ; esto es la adecuación del intelecto con la realidad. En definitva, para el uso lógico, podemos decir que un enunciado será verdadero cuando exista concordancia entre el sujeto y lo que se puede predicar de ese sujeto o cuando el enunciado concuerde con la realidad.
LA MENTIRA
Aristóteles nos dejó como legado la siguiente aseveración sobre lo que es la mentira: “Decir lo que es, no es y lo que no es, es siempre falso”. San Agustín, pensador del siglo V nos da una definición clara al respecto: “Mentira es toda expresión (que se hace) con la voluntad de decir algo falso.” La mentira por lo tanto, tiene que ver son el lenguaje informativo falso que necesariamente implica el conocimiento de los que es cierto, de la verdad y la voluntad decidida de retorcerla mediante la fuerza del lenguaje. Quién miente construye alrededor de la verdad, puesto que la conoce. Si no la conoce, al menos sabe que no sabe. Aún así construye la mentira dónde debe lucir la verdad.
EL ERROR
Podemos hablar de error, en cuanto que, existe la verdad. Quien se equivoca, en primera instancia no está mintiendo, sino que alinea sus aseveraciones en el campo de la verdad, pues, las considera concordes con la realidad. Todo error es una afirmación de la verdad, verdad que se revela como discordante con la realidad. Esta discordancia no ha sido producida con premeditación, como sucede en el caso de la mentira. La pregunta que recta para la reflexión es: ¿podemos equivocarnos al buscar o decir la verdad? La respuesta es sí. Con la recta intención de decir la verdad nos podemos equivocar. Esto es error y no es mentira.
“Errare humanum est.” Sin embargo, este viejo adagio no puede justificar el error que procede la condición humana.
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