¿Quiénes son los
cristianos?
12mo Domingo del
Tiempo Ordinario
23
de junio de 2013
¿Quiénes
son los cristianos? ¿Quién se atreve a
realizarle esta pregunta a un pobre, huérfano, exiliado, hambriento y
moribundo? ¿Quién se atreve a realizarle esta pregunta a un matrimonio que no
puede tener hijos, que han perdido el trabajo o se están pasando por el proceso
de divorcio? ¿Quién se atreve a realzarle esta pregunta a un paciente mental,
renal, cáncer o en cualquier condición
terminal?
Si me hacen la pregunta, respondería que
los cristianos son los que han reconocido que Jesús es el Mesías, que han
acogido su mensaje liberador de amor y que han tomado su cruz (realidad humana
que exige mucho para que el ser humano sea levantado) cada día y lo siguen.
Quizás, para usted y para mí, sea bien
fácil responder a la pregunta que Jesús hace a sus discípulos. Pero no sabemos
lo que el otro (próximo) puede responder a partir de la realidad que vive. Quizás,
para usted y para mí, sea bien fácil responder a las preguntas que les hago al
inicio de esta reflexión. Pero no sabemos lo que el otro (próximo) puede
responder a partir de la realidad que vive.
Si aquellos, pobres, enfermos,
huérfanos, desempleados, divorciados, etc.; pueden responder a la pregunta de
Jesús, entonces han vivido y comprendido el mensaje de amor de Jesús. No hay
dudas. Pero si al contrario, no pueden responder a la pregunta sobre quiénes
son los cristianos, entonces no nos conocen. Significa que no estamos viviendo
y haciendo lo que es propio de un cristiano.
¿Cómo te sentirías si alguien pregunta
sobre los cristianos y ningún pobre, enfermo, huérfano, desempleado,
divorciado, etc. puede responder?
Evangelio
de Jesús según san Lucas 9, 18-24:
Tú
eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.
Una vez que Jesús
estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: "¿Quién
dice la gente que soy yo?" Ellos contestaron: "Unos que Juan el
Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los
antiguos profetas." Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo?" Pedro tomó la palabra y dijo: "El Mesías de Dios." Él les
prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre
tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y
escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día." Y, dirigiéndose a
todos, dijo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con
su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la
perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará."
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