La verdad no se puede matar
La verdad no se puede matar ni se pueda ocultar con acciones organizadas. Mucho menos cuando los planes para callar la voz del profeta provienen de mentes cobardes que no tienen el valor para enfrentar la verdad.
¿Qué problema puede tener este tipo de persona con la voz profética? Él, solo se presenta con una vida equilibrada moralmente y con la palabra que denuncia la injusticia, la opresión y la corrupción en todos sus niveles. Si este es el problema, será mayor cuando escuche las palabras que anuncian la justicia, la libertad y la paz. Claro, este frente es más amplio y de mayor trascendencia.
Se puede callar la voz del profeta, pero la voz de la verdad sobre la justicia, la libertad y la paz nunca se podrá callar. Recordemos que estos valores no provienen del ser humano que es finito en todas sus empresas. Estos valores eternos provienen de Dios y Él dispensa las gracias a hombre y mujeres para hacerlos vivir en medio de nuestra sociedad. Les toca a cada uno de nosotros colaborar por la construcción del Reino. Esto conlleva un precio y una recompensa.
Esto dijo el Señor al profeta Ezequiel:
Me dijo: «Hijo de hombre, ponte de pie, te voy a hablar.» En el mismo momento en que me habla, entra en mí un espíritu y me hace ponerme de pie;
entonces oigo que me dice: «Hijo de hombre, te envío donde los Israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres me han sido infieles hasta el día de hoy.
Te envío donde esa raza de cabezas duras y de corazones obstinados para que les digas: ¡Esta es la palabra de Yavé...!
Te escucharán o no te escucharán —porque son una raza de rebeldes— pero sabrán que hay un profeta en medio de ellos.
Y tú, hijo de hombre, no les temas, no temas a sus amenazas; serán para ti como zarzas u ortigas, como un escorpión donde te hayas sentado. No tengas miedo de sus palabras, no temas ante ellos: ¡no son más que una raza de rebeldes! Les transmitirás mis palabras, te escuchen o no, porque son una raza de rebeldes.
(Ezequiel 2, 1-7)
Homenaje póstumo a una voz profética de Latinoamérica
Rodolfo Enrrique Facundo Cabral
(1937-2011)
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