Uno de ellos,
viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó
por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario
Aquel que viene de afuera y que pertenece
a otro pueblo da valor a la bendición que viene de Jesús. Aquel que es
samaritano y por tanto contario, reconoce en Jesús el poder para su sanación.
Jesús, reconoce en él su fe y lo sana.
La semana pasada, tan reciente como el
10 de octubre de 2013, se publicó la noticia sobre las recomendaciones que hizo
el Primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby. En la misma se comunicaba que
el Arzobispo de Canterbury, cuyo director espiritual es un sacerdote católico, recomendaba
el acompañamiento de un director espiritual y el sacramento de la confesión.
No expreso nada más al respecto. Las lecturas
de este domingo de la XXVIII del Tiempo Ordinario y la siguiente noticia hablan
por sí mismas.
10
de octubre de 2013
1:54
PMpor Juanjo Romero
Lo he tenido que leer dos veces. El
Primado anglicano, Justin Welby, proviene del parte/sección más protestante del
anglicanismo, la «Low Church», así que una recomendación de la confesión
católica es bastante sorprendente.
Se nota la influencia de su director
espiritual personal, el Padre Nicolás Buttet, un sacerdote católico suizo;
hasta el punto de que el Arzobispo de Canterbury es un firme partidario del
culto «al estilo católico».
Ante una audiencia «ecuménica», que
incluía al Arzobispo de Westminster y Presidente de la Conferencia Episcopal,
Vincent Nichols les instó a ser parte de la «tradición católica» y confió, con
realismo, que:
En estos diez últimos años he aprendido
mucho sobre el gran sacramento de la reconciliación: la confesión.
Es una experiencia poderosa y
tremendamente dolorosa cuando se hace correctamente…, es realmente estremecedor
cuando acudes al confesor. Dudo que alguien se levante por la mañana y piense, voy
a echarme unas risas.
Y termina con lo importante:
Pero a través de la confesión Dios
concede el perdón y la absolución y una sensación de limpieza en el alma.
Yo hubiese resaltado más la alegría,
pero, claro, soy católico. De cualquier modo impresiona su experiencia, la conciencia
de pecado que se va perdiendo en tantos ambientes; el verdadero propósito de la
enmienda y contrición que se manifiesta en la actitud con la que acude.
Ahorita que tanto católico
protestantizado adormece malamente su conciencia con un «yo no lo necesito, me
confieso directamente con Dios, con el crucifijo de la mesilla de noche»;
pueden tomar buena nota, lo dice un no católico: confesión auricular y secreta,
con un confesor.
Para el comienzo de curso dos propósitos
excelentes: una buena confesión y buscar un buen director espiritual, ya se ve
que hace maravillas, ¿no os parece?
Comparto con ustedes los enlaces para
que puedan acceder a ellos, lee las noticias,
dar seguimiento a este asunto y continuar con la investigación.
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor
Salmo
Sal
97,1.2-3ab.3cd-4R/. El Señor revela a las naciones su salvación
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R/.
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